sábado, 29 de octubre de 2011

                                                                                                                        Subo este pequeño dibujo de un niño beréber, que hice hace mucho tiempo, porque algo en él me recuerda a un alumno desaparecido en circunstancias dramáticas hace unos días. Iba a omitir su nombre, pero prefiero que quede aquí escrito: Tarek.
                           Fue alumno mío durante dos años y en su caso se repetía el de tantos como han pasado por las aulas: infancia difícil (muy difícil ); escolarización tardía y llena de hándicaps casi imposibles de superar para un crío de pocos años; más que notable inteligencia (siempre recordaré la impresión que me hizo el primer escrito que me entregó, redactado con orden y con una letra increíble para un chico de doce años y en un idioma que no era el suyo), lamentablemente desaprovechada. No era un alumno fácil, aunque reconozco que nunca me dió un solo problema de comportamiento, pero, eso sí, con un aprovechamiento muy pobre en materias que, sencillamente, jamás llamaron su atención. Hablé con él dos días antes de su muerte, tan prematura. Charlamos unos instantes acerca de su rumbo, ese "camino" que debía cambiar. Me dijo que sí, que era hora de plantearse las cosas de otra manera, mientras me miraba con esos ojos enormes, oscuros y su sonrisa de siempre. Nunca volveré a verlo. No es el primer caso, desde luego: otros dos alumnos, en pocos años, han seguido suertes similares. Cuando el polvo levantado por la noticia se asienta, siempre queda la amarga sensación que ahora noto: ¿podría haber hecho algo, ALGO, por esas vidas torcidas? Algo que no sea quejarme de su comportamiento, de su falta de atención en clase, de sus partes de disciplina..... Es una pregunta casi tonta, porque, puede que sí, puede que, en efecto, nada se pueda hacer; porque ese cambio jamás ocurre por un consejo, por una conversación con un simple profesor, eso lo sabemos todos. Ese cambio de rumbo sólo se propicia desde el interior de uno, surge del individuo y no hay palabra que venga de fuera que pueda remover la ceniza y hacer crecer esa buena hierba; menos aún la palabra que viene de un  profesor, funcionario, a años luz de la orbita en la que estos muchachos se mueven. Y, sin embargo.....la pregunta permanece, incómoda : "¿podría haber hecho algo, algo más?"
Adiós, Tarek. Que el Señor de los Mundos, como dice tu Corán, te haya mostrado su cara más misericordiosa.

5 comentarios:

  1. Estimado Javier, me asomo a tu blog y me encuentro con este magnífico dibujo de niño bereber. Magnífico el dibujo y dura la historia, aunque creo recordar que ya me la habias relatado. Esa pregunta incómoda quizá sólo se pueda responder con la explicación del destino de cada uno, y ¿quién puede darle explicación? mucho me temo que no la hay. Nadie sabe cual será su recorrido por la vida, pero nos sobrecoge cuando vemos ese recorrido truncado a esa edad.
    Bueno sólo quería darte el link donde estoy publicando fotos de nuestras obras en Agro Jardín:
    http://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=305431502821424&id=100000637302176#!/groups/205941269488469/
    Saludos
    alejandro rivera

    ResponderEliminar
  2. Me conmuevo con tus palabras Javier. ¡Que gran misterio es la vida y la muerte! Yo también recordaré siempre a Tarek con inmenso afecto.
    Enhorabuena por tu blog y por tus trabajos
    Un abrazo
    Eva

    ResponderEliminar
  3. La ternura con la que habla de mi hermano me conmueve. Pero me gustaria matizar algunos puntos con usted sobre lo escrito en su blog. (Sakina Argaz)

    ResponderEliminar
  4. Hola, Sakina. Lamentablemente, no termino de entender cómo funciona el blog y cómo puedo responder a su comentario. La única posibilidad es que me escriba a mi correo ( klimt17@yahoo.es)y poder conversar sobre su hermano. Me alegra tener contacto con usted y espero poder conocerla. Le tenía mucho cariño a Tarek. Gracias.

    ResponderEliminar
  5. Me gustaria quedar con usted a tomar un cafe y hablar. En estos momentos me encuentro en Ceuta, si quiere, cuando este en san pedro, quedamos una tarde. Se que queria a mi hermano, el me hablo de usted.

    ResponderEliminar